A la una en punto de la madrugada se ha puesto a la venta la edición inglesa del séptimo y último libro de Harry Potter en todo el mundo bajo el título Harry Potter and the Death Hallows. Miles de seguidores del mago han acudido a las librerias para hacerse con un libro que se ha tenido que servir de todas las medidas de seguridad posibles contra los piratas informáticos.
En Madrid, el local de la Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid había organizado una fiesta de presentación para que los fans del joven mago se entretuvieran hasta que pudieran adquirir, por 28,50 euros el último libro de la saga de la escritora J.K Rowling.
Desde las ocho de la tarde, decenas de personas hicieron cola a las puertas de la librería para participar en la fiesta en la que pudieron disfrutar de juegos y actividades, todos relacionados con las aventuras de Harry Potter , aunque sobre todo, para comprar el libro.
Durante la hora que duró la fiesta, los asistentes que llenaron el local jugaron a adivinar escenas de las diferentes películas de Harry Potter a través de la mímica, o al conocido juego "Stop" en el que con una letra tuvieron que escribir varias palabras de diferentes aspectos de las aventuras del mago.
Y por fin llegó la una de la mañana, cuando los pilares de libros de Harry Potter and the Death Hallows que estaban custodiados por guardias de seguridad y tapados con lonas negras fueron descubiertos ante el aplauso y los gritos atronadores de los asistentes, muchos de los que se llevaban los ejemplares de dos en dos. La gran mayoría de los que allí se dieron cita se mostraron contrarios a leer el final del libro antes de nada porque, según dijo, uno de ellos, "no somos japoneses, así que empezamos los libros por el principio".
El libro, de 607 páginas, se puso a la venta en dos ediciones, la infantil y la de adultos, cuya única diferencia es la ilustración de la portada. Los lectores españoles tendrán que esperar hasta 2008 para poder adquirir la última entrega en español de una saga que, editada en más de sesenta idiomas, ha despachado 325 millones de ejemplares.
En Estados Unidos, la potter-mania se extendió semanas antes a la espera de la publicación del ansiado libro. Por todo el país, desde Nueva York hasta Los Ángeles, se repitieron las largas colas a la espera de las campanadas de medianoche con las que quedó autorizada la venta de este esperado volumen. Fue por lo general una audiencia joven aunque algunos no tan jóvenes también se dieron cita escudados por sus hijos o sin ocultar su curiosidad personal.En total, Harry Potter and the Deathly Hallows cuenta con una tirada de 12 millones de ejemplares en Estados Unidos, donde Scholastics está al cargo de la edición. Las reservas para esta última entrega se iniciaron a principios de año en la cadena de librerías Barnes and Noble, la principal del país. Unas ventas que antes de entregar el primer ejemplar en Estados Unidos situaron al libro en el primer puesto de los títulos más vendidos en lo que va de 2007, con más de 1,4 millones de ejemplares vendidos.
Pero además de un negocio, el nuevo volumen de Harry Potter volvió a convertir las librerías en una fiesta. La fiesta mantuvo en todo momento abierta la incógnita sobre el futuro de Potter y "del que no debe ser nombrado", su mortal enemigo Lord Voldemort, o de cualquier otro de los personajes de esta saga. Siguiendo los deseos de Rowling de no destrozarle a sus lectores el final de esta esperada novela, la crítica del periódico "Los Angeles Times" se limitó a recomendar el uso de "kleenex". "Nadie sale de "Deathly Hallows" de la misma forma en la que llegó", comenta misteriosa una crítica que, sobre todo, halaga este "verdadero épico".
sábado, 21 de julio de 2007
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